martes, 5 de noviembre de 2013

''El chocolate no engorda''

Científicos de la Universidad de Granada analizan el peso de los adolescentes europeos y ven incluso que la relación es inversa Científicos de la Universidad de Granada han comprobado que la vieja creencia de que el chocolate engorda no es cierta.
 Según un estudio realizado entre adolescentes europeos, un alto consumo de chocolate se asocia a niveles más bajos de grasa total y central (abdominal), independientemente de si el sujeto practica o no actividad física y la dieta que siga. Los investigadores lo atribuyen a ciertas propiedades del chocolate, como su abundancia en flavonoides, que compensan su aporte en calorías.
Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina y la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Granada ha desmontado científicamente la vieja creencia de que comer chocolate engorda. En un artículo publicado esta semana en la revista Nutrition, sus autores han demostrado que un alto consumo de chocolate está asociado a niveles más bajos de grasa total (esto es, la grasa acumulada en todo su cuerpo) y central (abdominal), independientemente de si el sujeto practica o no actividad física y a la dieta que siga, entre otros factores.
 En este trabajo, informa la universidad en una nota de prensa, los científicos analizaron si un mayor consumo de chocolate se asocia con un mayor o menor índice de masa corporal, así como otros indicadores de grasa corporal total y central en los adolescentes que participaron en el estudio Helena (Healthy Lifestyle in Europe by Nutrition in Adolescence).
Se trata de un proyecto, financiado por la Unión Europea, sobre los hábitos alimentarios y el estilo de vida de los jóvenes de 9 países europeos, entre ellos España. Los resultados de este trabajo, en el que participaron 1.458 adolescentes de entre 12 y 17 años, mostraron que un mayor consumo de chocolate se asoció con niveles más bajos de grasa total y central, según lo estimado por el índice de masa corporal, el porcentaje de grasa corporal (obtenido a partir de plicometría e impedancia bioeléctrica, dos técnicas de medición) y el perímetro de cintura. Estos resultados fueron independientes del sexo, la edad, la madurez sexual, la ingesta energética total, la ingesta de grasas saturadas, fruta y verdura, el consumo de té y café, y la actividad física de los participantes.
 Como explica la autora principal de este artículo, Magdalena Cuenca García, aunque el chocolate está considerado como un alimento con un alto aporte energético (al ser rico en azúcares y grasas saturadas), “recientes estudios realizados en adultos sugieren que su consumo se asocia con un menor riesgo de trastornos cardiometabólicos”. De hecho, el chocolate es un alimento rico en flavonoides (especialmente catequinas), que proporcionan múltiples propiedades saludables: “es un gran antioxidante, anti-trombótico y anti-inflamatorio, tiene efectos anti-hipertensivos y puede ayudar a prevenir la cardiopatía isquémica”. Recientemente, otro estudio de carácter transversal desarrollado en adultos por científicos de la Universidad de California observó que una mayor frecuencia en el consumo de chocolate también se asocia con un menor índice de masa corporal. Además, estos resultados se confirmaron en un estudio longitudinal en mujeres que siguieron una dieta rica en catequinas. Este efecto podría deberse, en parte, a la influencia de las catequinas sobre la producción de cortisol y la sensibilidad a la insulina ambas, relacionados con el sobrepeso y la obesidad.
 No sólo importa el impacto calórico Los científicos de la UGR han querido ir más allá, y analizar lo que ocurre con el consumo de chocolate en una edad tan crítica como la adolescencia controlando también por otros factores que pudieran influir en el acúmulo de grasa. El estudio, además de novedoso es quizás el más amplio y mejor controlado realizado hasta la fecha, y el primero en población adolescente. Contempla un número elevado de medidas corporales, una medida objetiva de la actividad física, detallado registro dietético mediante 2 recordatorios no consecutivos de 24 horas con un programa informático basado en imágenes, y controla el posible efecto de confusión de un conjunto de variables claves. Los autores del artículo publicado en Nutrition destacan que el impacto biológico de los alimentos no debe ser evaluado sólo en términos calóricos. “Las investigaciones epidemiológicas más recientes están centrando su atención en estudiar la relación entre determinados alimentos (no sólo por su contenido calórico, también por sus componentes) y los factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas, incluyendo el sobrepeso o la obesidad”. Con todo, los científicos de la Universidad de Granada insisten en la necesidad de ser moderados en el consumo de chocolate.
 “En cantidades moderadas, el chocolate puede ser bueno, como ha demostrado nuestro estudio. Pero un consumo excesivo resulta, sin duda, perjudicial. Como se suele decir: demasiado de algo bueno, ya no es bueno”. Los investigadores de la UGR apuntan que sus hallazgos “tienen también importancia desde el punto de vista clínico, ya que contribuyen a entender los factores que subyacen en el control y mantenimiento del peso óptimo”.


 Referencia bibliográfica: Magdalena Cuenca-García, Jonatan R. Ruiz, Francisco B. Ortega, Manuel J. Castillo. Association between chocolate consumption and fatness in European adolescents. Nutrition (2013). DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.nut.2013.07.011.

jueves, 24 de octubre de 2013

''Bebes nacen sabiendo matemáticas''

Los bebés nacen con habilidades matemáticas
 El nivel de su “sentido numérico primitivo” puede predecir cómo se les darán los números en la escuela Si un bebé de seis meses puede distinguir entre un conjunto de 10 puntos y otro de 20 puntos, será bueno en matemáticas en prescolar, revela un estudio de la Universidad de Duke (EEUU).
 El hallazgo respalda la teoría de que el ser humano nace con un “sentido numérico primitivo” incorporado, que es el que aprovechamos para aprender las matemáticas más complejas que se enseñan en los centros educativos. Estudios previos han sugerido que este sentido no es exclusivo de nuestra especie y que, además, no se limita sólo a la aritmética, sino que también podría abarcar la geometría.
Si un bebé de seis meses puede distinguir entre un conjunto de 10 puntos y otro de 20 puntos, será bueno en matemáticas en prescolar. Esta es la principal conclusión de un interesante estudio realizado en el Institute for Brain Sciences de la Universidad de Duke (EEUU), del que se hace eco Science Now.
 En otras palabras, si los bebés tienen la capacidad de diferenciar entre grupos de elementos grandes y grupos pequeños antes de aprender a contar, serán más propensos a desempeñarse bien en matemáticas en el futuro. La razón es que los niños aprovechan su capacidad numérica innata para, posteriormente, aprender los sistemas matemáticos simbólicos que se enseñan en la escuela.
 Es decir, que "cuando los niños están adquiriendo un sistema simbólico de representación de números en el colegio, le sacan partido a su sentido numérico primitivo", explica Elizabeth Brannon, profesora de psicología y de neurociencia, y directora del estudio en DukeToday.
 Ese sentido primitivo sería, por lo tanto, “el bloque de construcción conceptual sobre el que se construye la capacidad matemática." Primera fase: niños de seis meses Según Brannon, todos los bebés vienen al mundo con un conocimiento matemático rudimentario que les permite, por ejemplo, al mirar dos conjuntos de objetos, identificar cuál de ellos es numéricamente mayor sin tener que contar ni usar números. Por ejemplo, pueden saber instintivamente que un grupo de 15 fresas es mayor que otro de seis con sólo echar un vistazo. Para probar la relación entre ese sentido numérico primitivo y las habilidades matemáticas posteriores, Brannon y su colaborador Ariel Starr analizaron a 48 niños de seis meses de edad. En primer lugar, estudiaron la capacidad de éstos para reconocer cambios numéricos básicos. Lo hicieron sacando partido al interés natural de los bebés por las cosas que cambian.
 Ese interés se expresa en la mirada. De hecho, a menudo, los científicos aprovechan la mirada de los bebés para conocer sus procesos psicológicos, pues éstas reflejan lo que les llama la atención, y en qué medida. Con este sistema se ha podido demostrar, por ejemplo, que con sólo cinco meses los niños distinguen entre sólidos y líquidos. El experimento se hizo de la siguiente forma: los científicos colocaron a los niños frente a dos pantallas. Una de ellas mostró continuamente un conjunto con el mismo número de puntos (por ejemplo, ocho); mientras que la otra mostró cambios numéricos, con conjuntos que aumentaban o decrecían en el número de puntos. Por otro lado, los puntos de ambas pantallas cambiaron con frecuencia de tamaño y posición. Lo que sucedió fue que los bebés más capaces de diferenciar entre dos valores numéricos miraron durante más tiempo a la pantalla numéricamente cambiante que a la otra.
 Segunda fase:
 tres años más tarde Los científicos volvieron a reunir a los niños cuando éstos tenían tres años y medio, y los sometieron a varias pruebas. En primer lugar, participaron en un juego de comparación numérica no simbólica. Se les presentaron dos grupos diferentes y se les pidió que eligieran cual de ellos tenían más puntos sin contarlos. Además, los niños realizaron un test matemático estandarizado para alumnos de prescolar y, por último, fueron sometidos a una tarea verbal simple que consistía en identificar el número mayor (en palabra) que cada niño podía comprender. Los resultados de estas pruebas demostraron que “aquellos niños que mostraron una mayor preferencia hacia la pantalla numéricamente cambiante a los seis meses, tenían un sentido numérico primitivo mejor tres años más tarde, en comparación con los niños con menor preferencia hacia dicha pantalla”, explica Starr. “Asimismo, los niños con puntuaciones más altas en la infancia rindieron mejor en los tests de matemáticas estandarizados”.
 Implicaciones
 Estos hallazgos respaldan la hipótesis de que un sentido matemático elemental innato es la base para la comprensión de las matemáticas a un nivel superior. Según Brannon, sugieren además que existe una conexión real entre la matemática simbólica y las habilidades cuantitativas presentes en la primera infancia, antes de que la educación conforme nuestras habilidades matemáticas. “Nuestro estudio demuestra que el sentido numérico de los bebés es un predictor de la matemática simbólica, y que cuando los niños aprenden el significado de las palabras numéricas y de los símbolos, asocian estos significados con las representaciones numéricas preverbales que ya tenían”, concluye.
 También conceptos geométricos innatos
 Los resultados obtenidos por Brannon y su equipo podrían relacionarse con los alcanzados en una investigación de 2006, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Harvard (EEUU) y del College de France, en la que se reveló que los conceptos geométricos son innatos y no necesitan lenguaje ni cultura para manifestarse. Los científicos realizaron en aquella ocasión una serie de tests comparativos a niños y adultos de la tribu amazónica Mundurukú, que desde la llegada de los conquistadores europeos lograron mantenerse sin contacto con nuestra civilización durante más de cuatro siglos.
 El conocimiento ancestral de la geometría demostrado por estos individuos señaló, según los investigadores, que en nuestra especie existen intuiciones geométricas que son independientes de un aprendizaje previo, de una experiencia anterior con mapas o símbolos gráficos, e incluso de un lenguaje de términos geométricos.
 Y capacidades numéricas en animales
 Otra apasionante cuestión sobre el sentido matemático “natural” nos llega del mundo animal. Aunque es cierto que el uso de los números arábigos para representar diferentes valores es una característica exclusiva de los humanos, algunas especies parecen tener también algunas habilidades matemáticas innatas. Las habilidades numéricas de los animales no-humanos han sido durante mucho tiempo una fuente de fascinación para los expertos. Ya en 1940, el biólogo Otto Koehler y sus estudiantes demostraron que las palomas podían ser entrenadas para picotear un grupo de tres semillas e ignorar otro grupo que contenía dos. También se ha demostrado que las cornejas pueden aprender a reconocer patrones visuales con el número “correcto” de puntos y obtener así una recompensa escondida. Otras investigaciones han constatado que mapaches, delfines, monos, pájaros e incluso salamandras poseen alguna forma de capacidad numérica. En 2009, además, una investigación constató que las abejas discriminan entre los números dos, tres y cuatro. En un experimento que consistía en que las abejas alcanzasen una recompensa (azúcar) si atravesaban la entrada correcta -señalada con dos, tres o cuatro puntos- estos insectos se desenvolvieron sin problemas, distinguiendo sin dudarlo el número de puntos que señalaba la puerta correcta hacia el azúcar. En cuanto a los primates, éstos podrían ser los matemáticos más hábiles del reino animal, pues se ha demostrado que incluso pueden distinguir cantidades a ojo de buen cubero.

 Referencia bibliográfica: A. Starr, M. E. Libertus, E. M. Brannon. Number sense in infancy predicts mathematical abilities in childhood. Proceedings of the National Academy of Sciences (2013). DOI: 10.1073/pnas.1302751110.

sábado, 12 de octubre de 2013

''Obesidad es mas peligrosa de lo que se creia''

La obesidad es mucho más mortal de lo que se pensaba
 Un estudio revela que mata al 18% de estadounidenses de más de 40 años La obesidad es mucho más mortal en Estados Unidos de lo que se pensaba, y afecta mucho más a las mujeres negras que a otros grupos de edad. Así lo demuestra un estudio realizado en la Universidad de Columbia, que ha elevado las causas de muerte por obesidad entre los 40 y 85 años al 18%, frente al 5% comúnmente aceptado. La obesidad es mucho más mortal de lo que se pensaba.
 A lo largo de las últimas décadas, la obesidad ha causado el 18% de las muertes entre los estadounidenses blancos y negros entre las edades de 40 y 85 años, según científicos de la Universidad de Columbia (Nueva York, EE.UU.). Este hallazgo desafía la idea predominante entre los científicos, que sitúa esa cantidad en torno al 5 %. "La obesidad tiene consecuencias para la salud dramáticamente peores de lo que algunos informes recientes han llevado a creer", afirma Ryan Masters, autor principal de la investigación, y miembro de la Fundación Robert Wood Johnson de Salud y Sociedad, de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia.
 "Prevemos que la obesidad será la responsable de una cantidad creciente de muertes en los Estados Unidos y tal vez incluso conducirá a la disminución de la esperanza de vida en EE.UU.". Si bien ha habido señales de que la obesidad está en declive en algunos grupos de jóvenes, las tasas siguen estando cerca de máximos históricos. Para la mayor parte de los niños y adultos que ya son obesos, la condición es probable que persista, causando daños en el transcurso de sus vidas.
 Aumento de víctimas en personas de edad avanzada En personas de edad avanzada, el aumento del número de víctimas de la obesidad ya es evidente. El doctor Masters y sus colegas documentaron su cada vez mayor efecto en la mortalidad en los hombres blancos que murieron entre las edades de 65 y 70 entre los años 1986 y 2006. El grado uno de obesidad (índice de masa corporal de 30 a menos de 35) causó alrededor del 3,5 % de las muertes de los nacidos entre 1915 y 1919, un agrupamiento denominado "cohorte de nacimiento". Para los nacidos 10 años después, provocó aproximadamente el 5 % de las muertes. Otros 10 años después, mató a más del 7 %. Cuando la epidemia de obesidad golpeó fuerte, en la década de 1980, afectó a todos los grupos de edad. Por tanto, los estadounidenses mayores la han vivido durante un período relativamente corto de tiempo, pero los grupos de edad más jóvenes estarán expuestos a ella durante mucho más tiempo.
 "Los niños de cinco años de edad crecen hoy en un ambiente donde la obesidad es mucho más la norma que para un niño de cinco años de hace una generación o dos. Los tamaños de las bebidas son más grandes, la ropa es más grande, y un mayor número de compañeros del niño son obesos", explica en la nota de prensa de la Universidad el co -autor Bruce Link, profesor de epidemiología y ciencias medico-sociales en la Escuela Mailman. "Y una vez que alguien es obeso, es muy difícil volver para atrás. Así que es lógico pensar que no vamos a ver lo peor de la epidemia hasta que la actual generación de niños envejezca". Este estudio es el primero en tener en cuenta las diferencias de edad, de "cohorte de nacimiento", de sexo y de raza en el análisis de riesgo de muerte por obesidad entre los estadounidenses. "Las investigaciones anteriores en esta área agrupaban a todos los estadounidenses, pero la prevalencia de la obesidad y su efecto sobre la mortalidad difieren considerablemente según la raza o etnia, y la edad que se tenga" explica Masters .
 "Es importante que los responsables políticos comprendan que los diferentes grupos experimentan la obesidad de diferentes maneras." Los investigadores analizaron 19 oleadas de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud y las relacionaron con los registros de mortalidad del Índice Nacional de Defunciones para los años 1986 a 2006, que son los datos más recientes disponibles. Se centraron en las edades de 40 a 85 años con el fin de excluir las muertes accidentales, homicidios y condiciones congénitas, que son las principales causas de muerte de los jóvenes. El estudio se basa en una investigación anterior del Masters que descubrió, contrariamente a la sabiduría popular, que el riesgo de muerte a causa de la obesidad aumenta con la edad. En los grupos estudiados, las mujeres negras tenían el mayor riesgo de morir a causa de la obesidad o el sobrepeso, con un 27 por ciento, seguidas de las mujeres blancas con un 21 por ciento. La obesidad en las mujeres negras es casi el doble que la de las mujeres blancas.
 A los hombres blancos les fue mejor, con el 15%, y el menor riesgo de morir a causa de la obesidad fue para los hombres negros, con el 5%. Mientras que los hombres blancos y negros tienen similares tasas de obesidad, el efecto de la obesidad sobre la mortalidad es menor en los hombres negros, ya que está " desplazado " por otros factores de riesgo, desde las altas tasas de consumo de cigarrillos hasta las condiciones socioeconómicas difíciles. No hubo datos suficientes para hacer estimaciones sobre los asiáticos, hispanos y otros grupos, debido a la naturaleza altamente estratificada de la metodología. 


Referencia bibliográfica: Ryan K. Masters, Eric N. Reither, Daniel A. Powers, Y. Claire Yang, Andrew E. Burger, y Bruce G. Link. The Impact of Obesity on U.S. Mortality Levels: The Importance of Age and Cohort Factors in Population Estimates. American Journal of Public Health (2013). DOI: 10.2105/AJPH.2013.301379.

domingo, 29 de septiembre de 2013

''Hábitos saludables mejoran nuestros genes''

Los hábitos de vida saludables modifican nuestros cromosomas
Estos hábitos influyen en la longitud de los telómeros y por eso ayudan a evitar enfermedades y muertes prematuras
 Los hábitos de vida influyen en la longitud de los telómeros, las estructuras situadas en los extremos de los cromosomas, que previenen el envejecimiento de las células en las que se localizan. En un experimento realizado por la Universidad de California (EE.UU.), un grupo de hombres con cáncer de próstata leve ganaron longitud en sus telómeros al adoptar una dieta basada en vegetales, realizar ejercicio moderado y practicar yoga o meditación, entre otras cosas.
 Está demostrado que la longitud de los telómeros, unas estructuras que se localizan en los extremos de los cromosomas, se relaciona directamente con el envejecimiento, el desarrollo de ciertas patologías e incluso con una muerte prematura. Ahora, un equipo de científicos del Instituto de Medicina Preventiva de la Universidad de California (EE.UU.) ha presentado los resultados de un estudio, publicados en la revista The Lancet, y resumidos por SINC, que concluyen que la introducción de hábitos de vida saludables puede modificar el tamaño de estas estructuras y, por tanto, la predisposición a padecer los achaques propios de la edad.
 Al igual que un recubrimiento plástico impide que los cordones de los zapatos se deshilachen, los telómeros protegen el área terminal de los brazos cromosómicos, donde se insertan, y los mantienen estables. Así, cuanto más se acorten y debiliten estas fundas, más rápidamente morirán las células en cuyo interior se localizan. Unos telómeros cortos sugieren un alto riesgo de sufrir un fallecimiento prematuro o desarrollar enfermedades que incluyen algunos tipos de cáncer, accidentes cardiovasculares, demencia, obesidad, osteoporosis, enfermedades infecciosas y diabetes. Sin embargo, como afirma Dean Ornish, uno de los autores del estudio, “nuestros genes y telómeros indican una predisposición, pero no marcan nuestro destino”.
 Un estudio comparativo Entre 2003 y 2007, el investigador y su equipo realizaron un ensayo comparativo con 35 hombres diagnosticados con cáncer de próstata de poca gravedad, que no habían sido tratados con cirugía ni radioterapia. Los científicos dividieron a los pacientes en dos grupos. A uno de ellos, compuesto por 10 individuos, se le pidió que ejecutara algunos cambios en su estilo de vida: consumir una dieta basada en vegetales, realizar ejercicio moderado, practicar técnicas de control de estrés (meditación o yoga) e incrementar su interacción y apoyo social.
Mientras, los 25 hombres restantes no modificaron ninguno de estos patrones. Tras los cinco años que duró el análisis, las medidas de los telómeros de los participantes mostraron que la longitud de estos se había incrementado en torno a un 10% en aquellos que habían realizado modificaciones en sus hábitos. Por el contrario, en el grupo que se mantuvo inalterado estas estructuras habían reducido su tamaño alrededor de un 3%.
 Además, los expertos apreciaron que en ambos grupos una relación significativa entre el grado en que habían cambiado sus vidas y el aumento de la talla de sus telómeros: cuantos más hábitos saludables habían introducido en su día a día, más habían crecido estos complejos. Según Ornish, “las implicaciones de este pequeño estudio van más allá de los hombres con cáncer de próstata. Si validamos los resultados con otros ensayos a gran escala, estos cambios en el estilo de vida reducirán el riesgo de padecer otro tipo de enfermedades y una mortalidad prematura", concluye.


 Referencia bibliográfica: Dean Ornish, Jue Lin, June M Chan, Elissa Epel, Colleen Kemp, Gerdi Weidner, Ruth Marlin, Steven J Frenda, Mark Jesus M Magbanua, Jennifer Daubenmier, Ivette Estay, Nancy K Hills, Nita Chainani-Wu, Peter R Carroll, Elizabeth H Blackburn. Effect of comprehensive lifestyle changes on telomerase activity and telomere length in men with biopsy-proven low-risk prostate cancer: 5-year follow-up of a descriptive pilot study. The Lancet (2013). Añadir a favoritosAñadir a favoritos

viernes, 23 de agosto de 2013

''Piel adiós a las estrías y celulitis''

Investigadoras de la Universidad de Sevilla han patentado el uso de la L-carnitina, compuesto químico orgánico sintetizado por nuestro organismo en el hígado, los riñones y el cerebro, para el tratamiento de estrías y cicatrices.
Es la primera vez que se establecen las bases científicas para desarrollar un producto cosmético que reconstruya la rotura de la trama proteica de la dermis, causante de las estrías. Estos desgarros de la piel se producen por fractura de las fibras de colágeno que la componen y, aunque no suponen un riesgo para la salud, psicológicamente tienen un importante impacto en las personas que las padecen. La invención, desarrollada por el grupo de investigación Optimización y Producción Farmacéutica de la US, se centra en preparar productos cosméticos utilizando como activo la L-carnitina y sus derivados, con el fin de modificar el aspecto, cuidado, protección y mejora de las estrías y cicatrices.
 Este grupo, liderado por la Rocío Jiménez-Castellanos, lleva varias décadas investigando nuevos ingredientes y principios activos para los sectores farmacéutico y cosmético. “La introducción de la L-carnitina en el campo cosmético para su aplicación en las estrías y cicatrices surgió recientemente, a raíz de un proyecto de la dra. Vázquez Cueto en el que demostraron la utilidad del uso de esta sustancia en pacientes hipertensos que pudieran llegar a desarrollar fibrosis a nivel cardíaco y renal” explica Jiménez-Castellanos, Catedrática del Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica, en la nota de prensa de la US. “Nuestra invención relaciona la actividad antifibrótica de la L-carnitina con el hecho de que las fibras estructurales y elásticas no son sólo importantes en órganos tales como pulmones y vasos sanguíneos grandes, sino también en el mantenimiento de la estructura y elasticidad de la piel durante toda nuestra vida” prosigue.
 Aunque el origen de las estrías puede ser endocrino, en general son un desgarro de la dermis por rotura de las fibras de colágeno cuando no tienen la elasticidad suficiente para soportar una variación del volumen de los tejidos subyacentes. Esta delicada membrana se daña con facilidad cuando la piel sufre algún trauma (roces, golpes, distensiones…) o se ve obligada a tensarse y restringirse con excesiva velocidad para adecuarse a dimensiones corporales a las que no está habituada como durante el crecimiento intensivo de la adolescencia o el embarazo. Así, al ganar o perder peso repentinamente, se reduce el tejido epidérmico y el elástico dérmico y la piel se hace más fina, reflejándose las estrías a través de ellas.
También se ha evidenciado que favorecen su aparición los estados de estrés y algunos medicamentos como los corticoides.
 Pero, ¿son las estrías peligrosas para la salud? “Al igual que por ejemplo la celulitis, las estrías no constituyen un riesgo para la salud, sin embargo psicológicamente tienen un importante impacto, pudiendo afectar al estado anímico. Por otra parte si su origen es endocrino pueden ser indicativas de una alteración fisiológica”, indica Jiménez-Castellanos.
 La molécula ‘milagrosa’ La L-carnitina ha crecido en popularidad en los últimos años por su capacidad para quemar grasas. Tradicionalmente se la ha considerado como una molécula imprescindible en este sentido ya que en el cuerpo humano las grasas se convierten en energía en las mitocondrias, pero las cadenas de ácidos grasos largos no pueden atravesar la membrana mitocondrial si no es con la ayuda de la L-carnitina.
 Tal es así que la toman muchos deportistas con este fin, aunque algunos estudios indican que son necesarias elevadas cantidades para mejorar su rendimiento y mejorar la fatiga. En cualquier caso no existen restricciones para su consumo, ya que ésta es una sustancia natural, forma parte de la leche humana y se encuentra también en muchos alimentos, como por ejemplo la carne. La patente desarrollada en la US protege el uso de la L-carnitina, sus sales y derivados en productos cosméticos dermatológicos, preferentemente dentro del campo tecnológico del producto cosmético para el tratamiento de todos los tipos de estrías y cicatrices superficiales de mamíferos. Según la doctora María Jesús Lucero, integrante del grupo de investigación, “si bien es cierto que ya existen algunos preparados dermocosméticos que contienen L-carnitina para su aplicación sobre todo en celulitis, en el caso del tratamiento de las estrías lo más frecuente es recurrir a tratamientos médicos.
 Actualmente no existe ningún preparado que contenga la L-carnitina para el tratamiento, científicamente demostrado, de las estrías y cicatrices, motivo de nuestra invención”. Una vez demostrada la utilidad de este activo cosmético, será la industria la que determine las características finales del producto cosmético en base a su estrategia de mercado. La OTRI de la Universidad de Sevilla, oficina encargada de gestionar la protección de los resultados de las investigaciones desarrolladas en la propia institución, es también la responsable de negociar los acuerdos de licencia y trasferencia a los sectores productivos interesados en la explotación de estos resultados.

jueves, 8 de agosto de 2013

''Dieta Grasa ...no tan mala''

La revista Cell Metabolism publica esta semana un trabajo, realizado con animales modificados genéticamente, que indica que el sistema nervioso y el estrés tienen funciones diferentes en el desarrollo de enfermedades metabólicas –como la obesidad y la diabetes– en función de la dieta habitual de los individuos.
 Liderado por científicos del Centro de Investigación del Cáncer (CIC) de Salamanca, los resultados apuntan a que, en individuos con dieta sana, el estrés y la hiperestimulación nerviosa favorecen el desarrollo de hígado graso, diabetes tipo 2 y otros problemas relacionados como la hiperglucemia, hiperinsulinemia y la hiperlipidemia (niveles elevados de glucosa, insulina y lípidos en la sangre, respectivamente).
 En cambio, en individuos con dieta grasa, su papel es en cambio protector, evitando que surjan estas enfermedades e, incluso, la obesidad. Los resultados también permitieron descartar de manera inequívoca que la presión arterial alta contribuya de manera directa al desarrollo de la diabetes tipo 2, como se postulaba en estudios previos.
 Asimismo, la investigación predice que terapias dirigidas contra la rama del sistema nervioso que determina la reacción del organismo al estrés podrían ser de interés para tratar pacientes con síndrome metabólico que no sean obesos. En cambio, esas terapias pasarían a tener efectos negativos en caso de ser administradas a pacientes obesos. “Cuando vimos la disparidad de datos clínicos existentes sobre las interconexiones entre estrés, síndrome metabólico, obesidad y dieta, nos dimos cuenta de que teníamos el animal modelo ideal para resolver las polémicas existentes en este campo” explica Xosé Bustelo, uno de los autores del CIC. Un modelo animal único
 En estudios previos este equipo había desarrollado un ratón modificado genéticamente para estudiar el posible papel terapéutico de la oncoproteína Vav3 en cáncer y otras patologías. Cuando estos ratones fueron analizados, el grupo pudo comprobar que tenían una alteración desde su nacimiento que hacía que tuviesen continuamente activado el sistema nervioso relacionado con el estrés. “Estos ratones nos dan un modelo único para estudiar cómo el estrés contribuía a largo plazo al desarrollo o prevención de dichas enfermedades metabólicas, algo que nunca se pudo abordar con pacientes humanos”, comenta Mauricio Menacho-Márquez, otro de los expertos del CIC y primer firmante del artículo.
 De hecho, “el seguimiento periódico de estos ratones desde su nacimiento hasta una edad equivalente a la que tendrían personas con 80 años, daba una oportunidad única de observar los efectos a largo plazo del estrés y, además, ver cómo variaban en función de la dieta, la edad o la administración de diversos tipos de fármacos”, añade Bustelo. Además, “dado que los animales tenían un componente genético homogéneo y condiciones ambientales idénticas, nos permitía establecer correlaciones directas entre las condiciones experimentales y la evolución de la enfermedad y, por tanto, establecer inequívocamente causas y efectos. Esto era imposible de hacer en humanos”, subraya Menacho-Márquez.
 Síndrome metabólico Debido a los cambios de estilo de vida como el sedentarismo y el uso frecuente de comidas grasas, las enfermedades relacionadas con la obesidad están consideradas en estos momentos como una auténtica pandemia, independientemente de la edad de los individuos, su sexo o grado de desarrollo del país en que viven. El síndrome metabólico engloba una serie de problemas médicos que aparecen simultáneamente, como la diabetes tipo 2, la hiperglucemia, hiperinsulinemia, hipertrigliceridemia e hígado graso. Aunque generalmente se relacionan con la obesidad, hay casos menos frecuentes en que pueden detectarse en pacientes no obesos. Junto con los problemas asociados, estas enfermedades inducen una alta probabilidad de desarrollar otros problemas médicos graves, como la presión arterial alta, problemas cardiovasculares como la arteriosclerosis, ictus, fallos renales e incluso algún tipo de cáncer como es el de hígado o mama.

 Referencia Mauricio Menacho-Márquez, Rubén Nogueiras, Salvatore Fabbiano, Vincent Sauzeau, Omar Al-Massadi, Carlos Diéguez, and Xosé R. Bustelo. “Chronic symphatoexcitation through loss of Vav3, a Rac1 activator, results in divergent effects on metabolic syndrome and obesity depending on die t”. Cell Metabolism, Volume 18, Issue 2, 6 August 2013, Pages 199–211.

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martes, 6 de agosto de 2013

''El poder protector de las Isoflavonas''

Además de macronutrientes, vitaminas y minerales, los vegetales nos aportan otras sustancias cuyo efecto en el organismo resulta benéfico.
 Tal es el caso de los llamados fitoquímicos o fitonutrientes, dentro de los cuales destacan las isoflavonas. De acuerdo a un número importante de estudios, estos compuestos flavónicos poseen especial significancia debido a su aplicación en la regulación del balance hormonal en la mujer y la prevención de algunos tipos de cáncer, problemas renales, osteoporosis, etc.
 El papel de las isoflavonas es ampliamente apreciado y constituye uno de los temas actuales de investigación en Nutrición. Las Isoflavonas están presentes en una gran variedad de plantas y vegetales siendo una de las fuentes más abundantes el fríjol de la soya y obviamente los suplementos en capsulas con dosis diferentes. De hecho, muchos de los beneficios que se atribuyen a la soya se producen por acción de las llamadas isoflavonas.
 Las más importantes son el Genistein y Daidzein que destacan por su acentuada acción antioxidante. Debido a que las isoflavonas de soya cumplen dentro del organismo una función similar a la de las hormonas, se ha difundido su consumo para aliviar los síntomas propios de la menopausia tales como sofocos, ansiedad, fatiga, sudor nocturno, cambios en el estado de ánimo, etc.
 Igualmente, estudios recientes han encontrado que estas mismas sustancias incrementan la densidad ósea en las mujeres ya que contribuyen a que los huesos absorban más calcio, hecho que también resulta favorable en situaciones fisiológicas como el embarazo y la tercera edad.
Además, las isoflavonas de la soya poseen acción anticancerígena y antitumoral relacionada con la actividad hormonal de la mujer. Dicho de otro modo, el consumo de estas sustancias a través de un suplemento de calidad reduce el riesgo de cáncer en senos, matriz y cuello del útero. Esto se debe a que las Isoflavonas de la soya promueven el equilibrio hormonal desde la premenopausia hasta el término de este estado fisiológico de la mujer, por lo que es recomendable que se inicie la ingesta de Isoflavonas desde el momento en que empiezan a aparecer los primeros síntomas de la menopausia.
 Recientemente, otros estudios confirman también sus efectos protectores frente a tumores de colón y próstata, extendiéndose los beneficios de este producto a la salud del hombre. Se sabe también, que como un efecto secundario las isoflavonas inhiben el crecimiento de las células que forman la placa aterogénica que obstruye las arterias.
 Una revisión de estudios controlados concluye que la soya es definitivamente eficaz para mejorar el nivel del colesterol en sangre y lo mejor es que existe evidencia para afirmar que las Isoflavonas son los ingredientes activos responsables de esta acción.
 ISOFLAVONAS Y PROTECCION VASCULAR
 Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son causa importante de muerte en los países occidentales. Además de los factores dietéticos recomendados para disminuir los riesgos cardiovasculares, se propone que el consumo de las isoflavonas podría otorgar beneficios adicionales. Los efectos beneficiosos de estrógenos en la elasticidad vascular y la reducción del nivel del colesterol son muy importantes. Ésta es la razón por la que la arteriosclerosis aparece en mujeres principalmente después de la menopausia, en que el nivel del estrógeno disminuye.
 INFLUENCIA DE LAS ISOFLAVONAS EN EL CONTROL DEL COLESTEROL
 Los suplementos que contenían las isoflavonas se han investigado para su papel en la reducción del riesgo para la arteriosclerosis . Los estudios en animales y seres humanos han demostrado que las isoflavonas pueden reducir de las lipoproteínas de baja densidad (LDL). Un ensayo que implicaba a 156 hombres y mujeres sanos, 62mg producto de la proteína de soya que proporcionaba las Isoflavonas, fue asociado a una reducción significativa en total y el LDL colesterol comparado a los que comieron la proteína de soya sin las isoflavonas. El mecanismo exacto por el cual los isoflavonas reducen el colesterol, no se conoce todavía. LAS ISOFLAVONAS EN LAS ARTERIAS
 Las isoflavonas pueden desempeñar un mayor papel en mejorar funciones vasculares que en la reducción del colesterol. Las isoflavonas pueden ayudar en la preservación de la elasticidad Cuando las arterias son dañadas por la arterosclerosis forman generalmente coágulos de la sangre. Estos coágulos de la sangre pueden causar un ataque del corazón o un movimiento. Con la ayuda de otros antioxidantes tales como vitamina E y vitamina C, se destruyen los radicales libres y la oxidación del colesterol de LDL (colesterol malo) se previene.


viernes, 19 de julio de 2013

''Comida chatarra se asocia a depresión''

Un estudio confirma el vínculo entre comida rápida y depresión
 Las personas que consumen estos alimentos tienen un 51% más de riesgo de desarrollar este trastorno
 El consumo de bollería industrial y comida rápida ha sido relacionado con el diagnóstico médico de la depresión, a partir de los resultados arrojados por una investigación reciente, liderada por científicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Universidad de Navarra.
 Realizado con casi 9.000 individuos durante seis años, en el estudio se constató que los consumidores de comida rápida presentan, respecto a aquellos con un consumo mínimo o nulo de este tipo de alimentos, un incremento del 51% en el riesgo de desarrollar este trastorno.
 El consumo de bollería industrial (magdalenas, cruasanes, rosquillas y similares) y comida rápida (hamburguesas, salchichas y pizza) ha sido relacionado con el diagnóstico médico de la depresión a partir de los resultados arrojados por una investigación reciente, liderada por científicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Universidad de Navarra.
 Estos resultados, publicados en la revista Public Health Nutrition, revelan que los consumidores de comida rápida presentan, respecto a aquellos con un consumo mínimo o nulo de este tipo de alimentos, un incremento del 51% en el riesgo de desarrollar depresión. Además, en el transcurso del estudio se observó una relación dosis–respuesta, es decir, que “cuanta más comida rápida se consume, mayor es el riesgo de depresión”, según ha explicado a SINC Almudena Sánchez-Villegas, primera autora del estudio. El trabajo expone que los participantes con mayor ingesta de comida rápida y bollería industrial son más propensos a estar solteros, ser menos activos y a tener un patrón dietético peor, con un consumo menor de fruta, frutos secos, pescado, verduras y aceite de oliva. Fumar y trabajar más de 45 horas semanales son otras de las características prevalentes en este grupo.
 Características de la investigación
 Con respecto al consumo de bollería, los datos son igualmente concluyentes. En este caso, “incluso pequeños consumos se asocian con un riesgo significativamente mayor de desarrollar depresión”, apunta la investigadora de la universidad canaria. La muestra del estudio, perteneciente al proyecto Seguimiento Universidad de Navarra (SUN), estuvo constituida por 8.964 individuos que nunca habían sido diagnosticados de depresión ni habían referido consumo de antidepresivos. Estas personas fueron evaluadas durante una media de seis años, periodo en el que 493 de ellas fueron diagnosticadas de depresión o comenzaron a tomar antidepresivos.
 Los datos obtenidos a partir de este análisis corroboran resultados anteriores, arrojados por el proyecto SUN en 2011 y publicados en PLoS One. En aquella ocasión, fueron analizadas 12.059 personas durante más de seis años, y aparecieron 657 casos nuevos de depresión. Entonces se detectó un incremento del riesgo asociado a la comida basura del 42%, menor que en el trabajo actual. “Aunque son necesarios más estudios, debería controlarse el consumo de este tipo de alimentos debido a su implicación en la salud tanto física (obesidad, enfermedad cardiovascular) como mental”, concluye Sánchez-Villegas.
 Los beneficios de la dieta en la salud mental La depresión afecta a 121 millones de personas en el mundo, lo que la convierte en una de las principales causas globales de discapacidad ajustada por años de vida y la principal causa en países con ingresos altos y medios. Sin embargo, poco se conoce sobre el papel de la dieta en el desarrollo de los trastornos depresivos.
Anteriores estudios sugieren un papel preventivo de ciertos nutrientes, como las vitaminas del grupo B, los ácidos grasos omega-3 y el aceite de oliva. Asimismo, un patrón dietético saludable, como la dieta mediterránea, se ha relacionado con un menor riesgo de depresión.

 Referencia Almudena Sánchez-Villegas, Estefanía Toledo, Jokin de Irala, Miguel Ruiz-Canela, Jorge Pla-Vidal and Miguel A Martínez-González. “Fast-food and commercial baked goods consumption and the risk of depression”. Public Health Nutrition: page 1 of 9 doi:10.1017/S1368980011001856

martes, 16 de julio de 2013

''El contacto con la naturaleza te mejora como persona''

El contacto con la naturaleza aumenta la salud humana
 Frecuentar zonas verdes, ya sean bosques, jardines o zonas peatonales, hace que la gente tienda, además, a ser generosa y a confiar en los demás
 Tras más de una década de investigaciones, científicos del Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, han concluido que la naturaleza es un componente esencial para una buena salud y un factor influyente en el comportamiento humano.
 Según los investigadores, en zonas donde hay espacios verdes, la gente es más generosa y sociable y existen fuertes lazos de vecindad social y un mayor sentido de comunidad, más confianza mutua y una mayor voluntad de ayudar a los demás. En cambio, en entornos con menos zonas verdes, el índice de violencia, crimen y delitos contra la propiedad es mayor.
El color verde evoca la naturaleza, la calma, la armonía. También se relaciona con el bienestar, porque los espacios naturales aumentan nuestro potencial de salud y de buen carácter, señala un equipo de científicos del Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, en un comunicado emitido por dicha universidad. Tras recabar información durante años e investigar la relación naturaleza-salud en diferentes regiones y en distintos segmentos de población, estos investigadores han llegado a la conclusión de que frecuentar zonas verdes, ya sean bosques, jardines e incluso zonas peatonales, hace que la gente sea más saludable, tienda a ser generosa, a confiar en los demás, y a mostrar mayor voluntad en ofrecer su ayuda.
 “Un paseo por el parque es más que una buena manera de pasar la tarde. Es un componente esencial para una buena salud”, asegura Frances Ming Kuo, responsable de la investigación y directora del Laboratorio de Paisaje y Salud, que lleva más de una década estudiando, junto con William Sullivan y Andrea Faber Taylor, el efecto de los espacios verdes en los seres humanos, con el fin de probar o refutar las nociones sobre tradicionales al respecto. Kuo establece la relación entre la naturaleza y la salud en los humanos haciendo una analogía con los animales: "Así como las ratas y otros animales de laboratorio que viven en ambientes ajenos a su hábitat sufren alteraciones y trastornos que afectan a su funcionamiento social, a las personas les ocurre lo mismo".
 Entre las conclusiones de sus investigaciones, destacan observaciones como que “en los entornos más verdes nos encontramos con que la gente es más generosa y más sociables. Encontramos fuertes lazos de vecindad social y un mayor sentido de comunidad, más confianza mutua y la voluntad de ayudar a los demás.
 En cambio, en puntos donde hay menos zonas verdes, hemos comprobado que el índice de violencia, las acciones criminales y los delitos contra la propiedad - incluso después de controlar los ingresos y otros factores influyentes- son mayores. A todo ello hay que sumar que, "en estos ambientes, las personas sufren más soledad y cuentan con menor apoyo social”, matiza Kuo. Diversidad de estudios Anteriormente, Kuo y su equipo habían analizado la relación entre la ausencia de un entorno natural y la irritabilidad, habían constatado asimismo la relación entre la exposición a la naturaleza y el autocontrol y la disciplina en niñas o habían estudiado la importancia del contacto con el medio en el desarrollo infantil, entre otros temas de interés. Ahora, los investigadores han expuesto una serie de conclusiones con las que se reafirman los beneficios de la naturaleza.
 Por ejemplo, señalan que el contacto directo con entornos naturales contribuye a un mayor rendimiento y produce un mejor funcionamiento cognitivo, además de potenciar más la auto-disciplina y el control de los impulsos. En definitiva, proporciona una mayor salud mental. Por el contrario, aquellas personas que no conviven con la naturaleza tienden a sufrir déficit de atención y síntomas de hiperactividad, sugirió un estudio previo, así como mayores tasas de trastornos de ansiedad y depresión. ”Si estos datos no son lo suficientemente convincentes”, dice Kuo, “lo es el hecho de que los impactos de los parques y entornos verdes en la salud humana van más allá de los beneficios psicológicos, porque ofrecen beneficios también para la salud física”.
En este sentido, los investigadores señalan que es en los entornos más verdes donde personas operadas de cirugía han experimentado una mejor recuperación. Asimismo, los espacios naturales facilitan la realización de la actividad física, mejoran el funcionamiento del sistema inmune, ayudan a los diabéticos a alcanzar niveles saludables de glucosa en sangre y mejoran el estado de salud funcional y las habilidades de vida de las personas mayores. En cambio, las zonas con menos espacios verdes se asocian con mayores tasas de obesidad infantil y todo tipo de enfermedades cardiovasculares. El tandem naturaleza y salud no entiende de diferencias sociales ni de desigualdades económicas. Así lo demuestran los resultados de las investigaciones que Kuo y sus colaboradores han realizado, y en las que se midieron indicadores como los ingresos económicos de las personas.
 "Si bien es cierto que quienes tienen más poder adquisitivo tienden a tener mayor acceso a la naturaleza y mejores resultados de salud física, aquí las comparaciones muestran que incluso entre personas del mismo nivel socioeconómico, los que tienen mayor acceso a la naturaleza tienen mejores resultados de salud física”, explica la directora del Laboratorio de Paisaje y Salud de la Universidad de Illinois. Naturaleza y salud, un binomio muy estudiado Existen múltiples estudios que relacionan naturaleza-salud humana. "Los investigadores han estudiado los efectos de la naturaleza en muchas poblaciones, de tipologías muy distintas. Por ejemplo, han observado a habitantes de Chicago residentes en edificios altos, con un árbol o dos y zonas ajardinadas fuera de los edificios donde viven; a estudiantes universitarios expuestos a presentaciones de diapositivas de escenas naturales mientras estaban sentados en clase; a niños con trastorno por déficit de atención, a personas de la tercera edad en Tokio con diferentes grados de acceso a calles peatonales verdes, y a voluntarios de clase media que pasan sus sábados reconstruyendo ecosistemas de pradera, por nombrar algunos colectivos”, enumera Kuo.
 La investigadora señala que “los estudios no han consistido, simplemente, en confiar en lo que los participantes en la investigación informen acerca de los beneficios que para ellos tiene la naturaleza sino que dichos beneficios se han medido, objetivamente, con datos como los de informes sobre delincuencia de la policía, como los de análisis de la presión arterial, como los del rendimiento en pruebas neurocognitivas estandarizadas o como los de mediciones fisiológicas de funcionamiento del sistema inmune". Zonas verdes, elementos vitales en ciudades En este sentido, la directora del Laboratorio de Paisaje y Salud asegura que, en lugar de basarse en muestras pequeñas formada por amantes de la naturaleza, los científicos confían cada vez más en estudios elaborados a partir de la opinión y experiencia de segmentos de población que no tienen ninguna relación particular con el medio ambiente. Así, por ejemplo, un estudio examinó a niños que estaban recibiendo la atención de una red de clínicas dirigidas a población de bajos ingresos. Lo mismo sucede con indicadores como el nivel de renta, característica que hasta el momento se había ignorado a la hora de realizar trabajos de investigación de este tipo.
 "Los científicos están teniendo en cuenta los ingresos y otras diferencias en sus estudios. Así que la pregunta ya no es si las personas que viven en barrios más verdes tienen mejores resultados de salud, que los tienen, sino más bien la cuestión se ha convertido en si las personas que viven en barrios con zonas verdes tienen mejores resultados de salud cuando se tiene en cuenta la renta y otras ventajas asociadas. A esta pregunta la respuesta es igualmente afirmativa”, concluye Kuo. Debido a la fuerte relación entre naturaleza y salud, la investigadora alienta a los encargados a trazar la arquitectura de las ciudades y a diseñar comunidades con más espacios verdes públicos, no como meros elementos decorativos sino como componentes vitales, claves para la promoción de la salud, la amabilidad, la inteligencia, y la eficacia de la población.

jueves, 27 de junio de 2013

''Brócoli tiene propiedades anticancerigenas''

Descubren como potenciar la capacidad anticancerígena del brócoli
Investigadores de la Politécnica de Cartagena analizan las propiedades del bimi Investigadores de la Escuela de Ingenieros Agrónomos y del Instituto de Biotecnología Vegetal de la Universidad Politécnica de Cartagena han descubierto cómo potenciar una gran cantidad de compuestos bioactivos de carácter anticancerígeno, antioxidante y antiinflamatorio en el bimi, un nuevo híbrido natural de brócoli.
 Entre sus propiedades se encuentra su capacidad para prevenir enfermedades cardiovasculares y la formación de cataratas. inShare El bimi, una variedad de brócoli aún poco conocida. Fuente: UPCT. Investigadores de la Escuela de Ingenieros Agrónomos y del Instituto de Biotecnología Vegetal (IBV) de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) han encontrado cómo potenciar una gran cantidad de compuestos bioactivos de carácter anticancerígeno, antioxidante y antiinflamatorio en el bimi, un nuevo híbrido natural de brócoli.
 Se trata de una variedad que se cultiva en la Región de Murcia, pero que apenas se comercializa en España. Entre sus propiedades se encuentra su capacidad para prevenir enfermedades cardiovasculares y la formación de cataratas. El estudio ha dado lugar a varias publicaciones en revistas científicas de elevado índice de impacto, como explica la nota de prensa de la Universidad.
 El estudio lo ha desarrollado en el grupo de Postrecolección y Refrigeración (GPR) y el Departamento de Ingeniería de los Alimentos de la UPCT, a través de la tesis doctoral “Innovative minimal processing of mini broccoli for keeping quality and safety and enhancing bioactive compounds”, realizada por Ginés Benito Martínez Hernández, y dirigida por Francisco Artés Calero y Francisco Artés Hernández. La tesis doctoral también ha estudiado el aprovechamiento de los nutrientes del bimi que realiza el organismo humano. Para ello se ha realizado un ensayo en colaboración con la Unidad de Nutrición del Hospital General Universitario Reina Sofía, de Murcia, que concluye que ciertos compuestos anticancerígenos propios de este nuevo brócoli reportan una alta absorción entre los voluntarios sometidos a estas pruebas, en comparación con otras hortalizas como el brócoli convencional, la coliflor y la col. En esta tesis también se ha estudiado el efecto de diversos tratamientos de procesado sobre los mencionados compuestos saludables en su preparación como productos listos para comer, tipo ensaladas, que se denominan de “cuarta gama”, o ya cocinados, denominados productos "de quinta gama".
 El autor aclara que esta tesis aporta las condiciones tecnológicas para lanzar al mercado español de la cuarta y quinta gama esta hortaliza manteniendo al máximo sus propiedades beneficiosas para la salud. Artículos relacionados La aspirina confirma su eficacia contra el cáncer Primeras pruebas clínicas en humanos de un medicamento anticancerígeno que cura la obesidad Consumir gazpacho a menudo puede reducir la presión arterial El agua de mar refuerza el sistema inmune, revela un estudio La vitamina C podría combatir la demencia Diferentes nombres La tesis analiza los diferentes compuestos beneficiosos para la salud de la nueva hortaliza, que se comercializa mundialmente bajo diferentes nombres comerciales como Bimi, Tenderstem, Bellaverde entre otras denominaciones.
 Además de las propiedades citadas, el bimi contiene otros nutrientes esenciales para la salud como calcio, fibra, proteínas y ácidos grasos como el α-linolénico. Esta particular hortaliza tiene un pequeño florete similar al brócoli y un tallo tierno similar a un espárrago. Su sabor es más suave y dulce que el del brócoli convencional, lo que le hace un producto excelente para ser consumido tanto crudo, en ensaladas o snacks, como cocinado.
 Por su parte, los directores de la Tesis destacan la importancia de este trabajo para los consumidores, que podrán conocer el alto valor saludable del nuevo brócoli como producto listo para consumir, a la vez que para los productores y comercializadores que tendrán acceso a estas innovaciones tecnológicas de fácil aplicación industrial. La financiación de los trabajos ha estado a cargo de la empresa japonesa Sakata Seeds Ibérica, a través de un contrato de investigación con la UPCT. El doctorando, ingeniero agrónomo por la UPCT, ha realizado su tesis como becario de la Fundación Séneca.

martes, 25 de junio de 2013

''El Viagra adelgaza''

El medicamento Viagra podría reducir la obesidad, sugieren experimentos con ratones
 Científicos han constatado que el sildenafilo aumenta la conversión de células de grasa blanca en células de grasa parda, que queman la energía de los alimentos ingeridos Investigadores de la Universidad de Bonn, en Alemania, han analizado el efecto del sildenafilo o Viagra en las células adiposas de ratones.
 Sus resultados han demostrado que este compuesto puede aumentar la conversión de células de grasa blanca en células de grasa parda, que son las que queman la energía de los alimentos ingeridos y la convierten en calor. Gracias a ellas, se podría deshacer la grasa y así luchar contra la obesidad, afirman los científicos que, sin embargo, alertan del uso prematuro del Viagra con este fin.
 Aún queda mucho para desarrollar medicamentos adecuados contra la obesidad para humanos a partir de este hallazgo, aseguran. inShare 1 Fuente: PhotoXpress. El sildenafilo - más conocido como Viagra – es un compuesto sintetizado por un grupo de químicos farmaceúticos de la Empresa Pfizer, en las instalaciones de investigación en Sandwich, Kent (Inglaterra), que se utiliza para tratar la disfunción eréctil. Esta sustancia previene la degradación del llamado guanosín monofostato cíclico o GMP cíclico, que es el derivado de un nucleótido que asegura el suministro de sangre necesario para las erecciones.
 Desde hace algún tiempo, los científicos han comprobado, además, que la Viagra tiene otro efecto: ratones a los que se suministró sildenafilo durante largos períodos de tiempo se volvieron resistentes a la obesidad, a pesar de ser alimentados con una dieta alta en grasas. Hasta ahora, no había logrado explicarse la causa de esta propensión a la reducción del peso, pero recientemente, investigadores de la Universidad de Bonn, en Alemania, han arrojado algo de luz sobre este efecto secundario del sildenafilo.
 Según declaraciones de Alexander Pfeifer, director del Instituto de Farmacología y Toxicología de la Universidad de Bonn, aparecidas en un comunicado de dicha Universidad: "Hemos estado investigando durante largo tiempo el efecto del GMP en las células adiposas. Este efecto hacía del sildenafilo un candidato potencialmente interesante para nosotros”. Artículos relacionados Si la población pierde peso, prolongará su vida Encuentran en los michelines un tratamiento eficiente contra la obesidad La luz eléctrica podría ser responsable de la epidemia mundial de obesidad
Una nueva técnica no invasiva ayuda a combatir la obesidad Descubren porqué llenan tanto las comidas con muchas proteínas Esperanza… y precaución En colaboración con especialistas del PharmaCenter de la Universidad de Bonn, del Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios (BfArM), y del Instituto Max Planck, Pfiefer y su equipo analizaron el efecto de sildenafilo en las células adiposas de ratones. Los investigadores administraron este fármaco a los roedores durante siete días. Según ellos, “los resultados fueron bastante increíbles”.
 Los científicos constataron que el sildenafilo aumentó la conversión de células de grasa blanca en células de grasa parda en los animales. “Las células de grasa parda queman la energía de los alimentos ingeridos y la convierten en calor”, explica Pfeifer. “Gracias a estas células de grasa parda se podría deshacer la grasa y así luchar contra la obesidad”.
Los investigadores se han mostrado muy esperanzados con el potencial del hallazgo en esta dirección. Pero, además, en su estudio los científicos observaron otra cuestión interesante. Cuando las células de grasa blanca acumulan lípidos, incrementan su tamaño y pueden sintetizar y liberar hormonas, que a su vez causan inflamación e incrementan el riego de padecer enfermedades crónicas. Las respuestas inflamatorias de este tipo pueden provocar enfermedades cardiovasculares –que resultan en ataques cardiacos o infartos-, así como cáncer o diabetes. En este sentido, “parece que el sildenafilo evitó que las células grasas de los ratones se adentrasen en este terreno resbaladizo”, señala Pfeifer.
En general, el desarrollo de las células de grasa blanca pareció volverse más saludable gracias a esta sustancia. Estos hallazgos, detallados en The Journal of the Federation of American Societies for Experimental Biology" (FASEB), resultan importantes si se tiene en consideración que, a nivel mundial, más de 500 millones de personas tienen sobrepeso, según ha alertado la OMS. El presente estudio ha originado asimismo interesantes puntos de partida para futuras investigaciones en estos mecanismos. “El sildenafilo no sólo es capaz de minimizar los problemas de erección, sino que también podría reducir el riesgo del aumento excesivo de peso", afirma el profesor Pfeifer. A pesar de ello, los científicos se muestran cautos y alertan al público general contra la falacia de pensar que el sildenafilo podría ayudar, por ejemplo, a perder rápidamente los kilos de más acumulados durante las vacaciones.
 "Actualmente nos encontramos en un estadio inicial de la investigación, y todos los experimentos que hasta ahora hemos realizado han sido exclusivamente con ratones" subraya Pfeifer. Por tanto, aún queda un largo camino por delante hasta que se desarrollen, a partir de estos descubrimientos, medicamentos adecuados para la disminución de las células de grasa blanca en humanos.


 Referencia bibliográfica: M. M. Mitschke, L. S. Hoffmann, T. Gnad, D. Scholz, K. Kruithoff, P. Mayer, B. Haas, A. Sassmann, A. Pfeifer, A. Kilic. Increased cGMP promotes healthy expansion and browning of white adipose tissue. The FASEB Journal (2013). DOI: 10.1096/fj.12-221580.

viernes, 24 de mayo de 2013

''Si tiene hambre no vaya al super''


"Aun los ayunos cortos inducen elecciones alimentarias poco saludables".

Reuters
Por Genevra Pittman NUEVA YORK (Reuters Health) 
Un estudio proporciona pruebas que respaldan lo que mucha gente ya aprendió por experiencia: nunca vaya a un supermercado si tiene hambre.
Un equipo observó que las personas que no habían comido en toda una tarde optaban por alimentos con más calorías en un supermercado simulado.
Y en un comercio real, los compradores preferían más los alimentos calóricos por sobre los de bajas calorías antes de la cena que durante el resto del día.
"Aun los ayunos cortos inducen elecciones alimentarias poco saludables", dijo Amy Yaroch, directora del Centro para la Nutrición Gretchen Swanson, Omaha, Nebraska. Y recomendó: "No vaya de compras con hambre y sin una lista de los productos que necesita porque elegirá todo tipo de comida chatarra".
Consideró que los resultados también serían importantes para las familias con "inseguridad alimentaria", que a menudo carecen de dinero para comprar alimentos saludables o alimentos en general.
Aner Tal y Brian Wansink, de Cornell University, Ithaca, Nueva York, realizó un experimento de laboratorio y salió "al terreno" para conocer cómo el hambre influye en las elecciones de alimentos.
En el experimento, les pidieron a 68 adultos que no comieran durante cinco horas antes de una consulta al final de la tarde. Antes de comenzar el experimento, la mitad recibió un plato de Wheat Thins para saciar el hambre. Luego, todos los participantes compraron alimentos en un comercio virtual online. Ambos grupos compraron unos ocho productos con bajas calorías, como ciertos lácteos, carnes y snacks.
El grupo que no había saciado el hambre también compró seis productos altamente calóricos, versus los cuatro productos promedio que eligió el grupo que había comido un snack, según publica el equipo en JAMA Internal Medicine.
En el estudio de campo, el equipo observó cómo compraban 82 personas en un supermercado real. La relación de compra entre alimentos con alto y bajo contenido calórico era más saludable entre las 13 y 14 horas que entre las 16 y 19 horas.
El endocrinólogo Tony Goldstone, del Imperial College de Londres, aconsejó interpretar los resultados con precaución, ya que los autores pidieron que los participantes sintieran hambre antes del experimento. Recomendó comer un snack, como una fruta, antes de ir de compras o masticar un chicle mientras se recorren las góndolas del supermercado para reducir el efecto del hambre.
FUENTE: JAMA Internal Medicine


''Comer insectos adelgaza''

13 MAY 13 | Reporte de la ONU
Comer insectos podría ayudar en la lucha contra la obesidad
Más de 1.900 especies de insectos sirven como alimento en todo el mundo.

Reuters
Por Catherine Hornby
ROMA (Reuters) - La idea de comer insectos, orugas y hormigas puede darle escalofríos, pero los autores de un reporte de la ONU publicado el lunes dicen que los beneficios de consumir nutritivos insectos podría ayudar en la lucha contra la obesidad.
Más de 1.900 especies de insectos sirven como alimento en todo el mundo, en su mayoría en Africa y Asia, pero los occidentales en general rechazan comer saltamontes, termitas y otros platos crujientes.
Los autores de un estudio del Departamento de Silvicultura, parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dijeron que muchos insectos contienen la misma cantidad de proteínas y minerales que la carne y más grasas saludables que los médicos recomiendan en dietas balanceadas.
"En Occidente tenemos una parcialidad cultural y creemos que porque los insectos vienen de países en desarrollo no pueden ser buenos", dijo el científico Arnold van Huis, de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos y uno de los autores del reporte.
Eva Muller, de la FAO, dijo que restaurantes en Europa estaban comenzando a ofrecer platos con insectos, presentándolos a los comensales como manjares exóticos.
El restaurante danés Noma, por ejemplo, elegido como el mejor del mundo por tres años consecutivos en una encuesta, es reconocido por utilizar ingredientes como hormigas y saltamontes fermentados.
Además de ayudar en la costosa lucha contra la obesidad, que la Organización Mundial de la Salud estima se ha casi duplicado desde 1980 y afecta a unos 500 millones de personas, los autores del reporte dijeron que la cría de insectos sería menos dependiente de la tierra que el ganado y produciría menos gases de efecto invernadero.
También crea oportunidades de negocio y exportaciones para personas de bajos recursos en países en desarrollo, especialmente mujeres, que con frecuencia son las responsables de recolectar insectos en las comunidades rurales.
Van Huis dijo que las barreras para disfrutar platos como yogur de larvas de abejas eran psicológicas, ya que en un estudio ciego realizado por su equipo, nueve de cada 10 personas prefirieron albóndigas hechas de carne y lombrices que las compuestas solo de carne.




martes, 7 de mayo de 2013

''La obesidad es psicológica''


Un 30% de los pacientes que se operan de obesidad mórbida vuelve a engordar / Rick Wilking (Reuters).
La relación entre obesidad mórbida y ansiedad es un camino de ida y vuelta. “Hay algunos pacientes que presentan antes un trastorno de ansiedad que les deriva al sobrepeso, ya que compensan esta sensación con la sobreingesta de comida. Y hay otros que tienen sobrepeso y que no pueden controlar la ansiedad”, explica Francisco Javier Quintero, jefe de Psiquiatría del Hospital Infanta Leonor de Madrid. Quintero realizó un estudio sobre 100 pacientes obesos que no conseguían adelgazar a pesar de haber sido sometidos a tratamientos médicos, como dietas o incluso cirugía.
Los resultados mostraron que había un 31% de pacientes con trastorno de ansiedad y otro 35% con depresión. Quintero pone como ejemplo el trastorno por atracones, una ingesta descontrolada de comida en poco tiempo. “Este trastorno es uno de los más frecuentes en pacientes obesos y también de los más controlables si se diagnostica a tiempo. El problema es que muchas veces no se hace”, comenta. “El estudio destaca que muchos pacientes no logran calmar su ansiedad y siguen comiendo. Por ello es importante tratar estos problemas emocionales antes de cualquier cirugía o dieta”, concluye el psiquiatra.
 Los afectados también lo acusan. “Llevo toda la vida luchando contra los kilos de más, las dietas sin resultados y la ansiedad que eso me ha generado”. Así describe Enma Miller, de 36 años, un largo camino de esfuerzos, éxitos y desilusiones con la obesidad mórbida. Como ella, casi un millón de españoles la sufren y los casos se han duplicado en cinco años, según los últimos datos de la Sociedad Nacional de Cirugía de la Obesidad Mórbida de 2011.
Los profesionales sanitarios aseguran que la cirugía bariátrica, una reducción de estómago, es la mejor solución para reducir peso y erradicar algunos padecimientos asociados como la diabetes. Pero algunos expertos señalan que el resultado de esta intervención puede ser baladí si no se intervienen en otros aspectos psicológicos y emocionales como la ansiedad.
Los genes influyen en la enfermedad mórbida, pero no son determinantes
Es un fenómeno con muchas aristas. No todo el mundo nace obeso. “Existe un componente genético que influye, pero que no es fácil de descifrar porque no depende de un solo gen. Se puede hablar más bien de una predisposición familiar a la obesidad”, comenta Clotilde Vázquez, jefa de Endocrinología del Hospital Ramón y Cajal. Hay, en cambio, otros factores como la familia o el entorno cultural, ambiental y social que desarrollan un sentimiento de ansiedad por la comida que puede perdurar toda la vida. “Cuando los niños están en primaria, el deseo de comer impulsivamente tiene que ver con el cuidado de los padres. Algunos son duros con los niños obesos, les llaman gordos o los comparan con sus hermanos delgados”, dice Caterina Calderón, psicóloga de la Universidad de Barcelona. La niñez es especialmente sensible: el 45% de los niños españoles padece exceso de peso, según el Ministerio de Sanidad.
Miller recuerda que la primera dieta que hizo fue a los cinco años: “Me solían decir: ‘Tú no puedes comer esto o lo otro. No puedes llevar ninguna comida al recreo’. Creo que esta actitud no beneficia a los niños. Basta con que te prohíban algo para que tengas más ganas de hacerlo”, dice indignada.
  
Uno de cada tres de los afectados manifiesta depresión
Hay otros casos, en cambio, en que las familias piensan que si el niño no está gordo no está bien alimentado. En ambos casos, el pequeño desarrolla un sentimiento de ganas de comer que es muy difícil de erradicar con el tiempo. “En el primero de ellos la comida se utiliza para aliviar un dolor y, en el segundo, por placer” asegura Calderón.
Y como no todas las obesidades son iguales no a todos los pacientes le sirven las mismas soluciones. “Uno de los problemas de la gente con obesidad es que comete errores al hacer dietas y se plantean objetivos difíciles de alcanzar en poco tiempo”, dice Susana Monereo, coordinadora de la Unidad de Obesidad Mórbida del Hospital de Getafe. Lo mismo se puede decir que ocurre con la cirugía bariátrica. Esta operación, que disminuye la cantidad de comida que se puede ingerir como consecuencia de la reducción del estómago, también elimina la sensación de hambre durante muchos años al regular unas hormonas que modulan el apetito.
Los expertos reconocen, sin embargo, que existen otros factores que no dependen de estas hormonas. “La obesidad se asocia en muchas ocasiones a componentes de ansiedad que nos dificultan controlar adecuadamente el impulso alimentario”, admite Alberto Goday Arno, jefe de Endocrinología del Hospital del Mar, en Barcelona. El médico explica que no todos los pacientes son adecuados para la intervención y que antes debe hacerse un análisis psicológico de cada paciente. Los profesionales sanitarios insisten mucho en que la cirugía no hace magia. “Alrededor de un 30% de los obesos recuperan parte del peso perdido al cabo de unos cinco o seis años si no mantienen unos hábitos saludables”, explica Monereo.
A las dificultades de bajar de peso y mantenerlo se suma la incomprensión y el estigma social. “A los cinco años, un endocrino pensaba que estaba gorda porque pegaba a mis compañeros para quitarles el bocadillo”, señala Miller, que se pregunta si el médico era consciente del daño de sus palabras en una niña tan pequeña. Considera que la sociedad no es consciente de que se trata de una enfermedad que ella no ha elegido. “Yo he peleado toda mi vida contra la obesidad. La gente nos juzga como personas que simplemente no tienen fuerza de voluntad. No se dan cuenta de que se trata de una enfermedad y que, como enfermos, luchamos contra ella todos los días”, concluye.

 

martes, 19 de marzo de 2013

''La TV y los videojuegos engordan''


Por Kathleen Raven
NUEVA YORK (Reuters Health) - Una revisión de dos decenas de estudios muestra que quienes comen mientras miran TV, utilizan videojuegos o leen tienden a consumir más calorías por vez, en especial acercándose a la noche.
"Algunos estudios ya lo habían demostrado, pero de manera dispersa", dijo el autor principal, Eric Robinson, de la Universidad de Liverpool, Reino Unido.
Precisó que comer con distracciones eleva hasta el 50 por ciento la cantidad de comida que se ingiere, pero que recordar lo que se consumió en la comida previa redujo la cantidad de alimentos ingeridos.
"Aunque decidimos qué y cuándo comer con una aparente serenidad, esas decisiones son en realidad muy complejas y se alteran fácilmente", dijo por correo electrónico Suzanne Higgs, coautora del estudio y psicóloga de la Universidad de Birmingham, Reino Unido.
El equipo organizó los patrones alimentarios en dos categorías amplias: "atento" (sentado tranquilamente y con un registro de lo que se consume durante la comida) o lo opuesto, "distraído" (sin prestar atención a los alimentos ni a la cantidad consumida).
El equipo de Robinson revisó la literatura científica e identificó 24 estudios realizados entre 1997 y el 2011 que habían incluido un "experimentador" que manipulaba la atención, la memoria y la conciencia de los participantes en relación con la comida. Todos los estudios habían sido controlados y supervisados, aunque diferían en los métodos para manipular la atención y la conciencia de sus participantes.
En un estudio, por ejemplo, hombres y mujeres adultos miraron TV mientras comían, mientras que en otro, los participantes comían pistachos, cuyas cáscaras se eliminaban del lugar inmediatamente.
Los experimentos habían incluido entre 14 y 122 participantes; en 18 de los 24 estudios participaron estudiantes universitarios. Casi todos los participantes tenían un peso normal.
Higgs dijo que el análisis sugiere que existirían diferencias estadísticamente significativas entre los que comían atentos y los que lo hacían distraídos, quienes comían un 10 por ciento más que el otro grupo. Y volver a comer con distracciones más tarde aumentaba más de un 25 por ciento la cantidad de calorías ingeridas.
En cambio, recordar la comida previa disminuía un 10 por ciento la cantidad de calorías que se consumían en una nueva comida. Pero reforzar la conciencia de lo que se comía en esa segunda comida no influyó en la cantidad de calorías ingeridas. Aun así, con estos resultados, los autores opinan que las dietas para adelgazar podrían incluir técnicas asociadas con el consumo atento de comida.
"Los resultados se aplicarían sólo a las personas con peso normal", consideró Michael Lowe, de Drexel University y que no participó del estudio.
"Aunque se utilice el mismo entorno experimental, sería difícil saber si esas mismas intervenciones se aplicarían a participantes obesos. Hay algunos grandes pasos más por dar antes de que podamos utilizar estos resultados para ayudar a los pacientes a no recuperar el peso perdido", finalizó Lowe.
FUENTE: American Journal of Clinical Nutrition, online