Se sabe que no solo el tabaquismo activo, sino también el tabaquismo pasivo, comportan muchos riesgos.
De acuerdo con un estudio estadounidense publicado en el "American Journal of Physiology: Endocrinology and Metabolism", la exposición al humo, especialmente al humo pasivo, incrementa el riesgo de ganar peso.
Los investigadores de la Universidad Brigham Young en Provo (Utah) querían estudiar los efectos del humo de los cigarrillos sobre el metabolismo, en concreto por qué los fumadores se vuelven resistentes a la insulina.
Para su estudio, expusieron a un grupo de ratones al humo pasivo y observaron su desarrollo metabólico.
No solo se constató que los animales ganaron peso, sino que los científicos también pudieron clarificar el proceso a nivel celular.
Según este estudio, el humo hace que un tipo de lípido denominado ceramida altere las mitocondrias, lo que causa una alteración del funcionamiento celular normal y de la capacidad de responder a la insulina.
"Una vez que alguien se vuelve resistente a la insulina, su organismo necesita más insulina.
Y cada vez que aumenta la insulina, se sintetiza grasa en el organismo", explicaba el autor del estudio, Paul Reynolds.
Al tratar a los ratones con un inhibidor de la ceramida, fue posible revertir este efecto.
Los animales no tuvieron problemas metabólicos ni engordaron, a menos que fueran alimentados con una dieta rica en azúcares.
Los investigadores ahora desean encontrar un inhibidor de la ceramida que sea seguro para los seres humanos.
De acuerdo con un estudio estadounidense publicado en el "American Journal of Physiology: Endocrinology and Metabolism", la exposición al humo, especialmente al humo pasivo, incrementa el riesgo de ganar peso.
Los investigadores de la Universidad Brigham Young en Provo (Utah) querían estudiar los efectos del humo de los cigarrillos sobre el metabolismo, en concreto por qué los fumadores se vuelven resistentes a la insulina.
Para su estudio, expusieron a un grupo de ratones al humo pasivo y observaron su desarrollo metabólico.
No solo se constató que los animales ganaron peso, sino que los científicos también pudieron clarificar el proceso a nivel celular.
Según este estudio, el humo hace que un tipo de lípido denominado ceramida altere las mitocondrias, lo que causa una alteración del funcionamiento celular normal y de la capacidad de responder a la insulina.
"Una vez que alguien se vuelve resistente a la insulina, su organismo necesita más insulina.
Y cada vez que aumenta la insulina, se sintetiza grasa en el organismo", explicaba el autor del estudio, Paul Reynolds.
Al tratar a los ratones con un inhibidor de la ceramida, fue posible revertir este efecto.
Los animales no tuvieron problemas metabólicos ni engordaron, a menos que fueran alimentados con una dieta rica en azúcares.
Los investigadores ahora desean encontrar un inhibidor de la ceramida que sea seguro para los seres humanos.
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