Un desequilibrio metabólico causado por la radiación de los dispositivos inalámbricos , celulares con bluetooth,wifi,microondas ,tablets y otras tecnologias similares,podrían estar relacionados con una serie de riesgos para la salud, tales como diversas enfermedades neurodegenerativas y cáncer, según un nuevo estudio, dirigido por científicos de Ucrania.
Se trata, informa AlphaGalileo, de un artículo de revisión publicado en Electromagnetic Biology & Medicine, que explora los datos experimentales sobre los efectos metabólicos de la radiación de radiofrecuencia (RFR) de baja intensidad en las células vivas.
Este desequilibrio, también conocido como estrés oxidativo, se define por el co-autor Igor Yakymenko como "un desequilibrio entre la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) y la defensa antioxidante." Yakymenko explica que el estrés oxidativo debido a la exposición a RFR podría explicar no sólo el cáncer, sino también otros trastornos menores como dolor de cabeza, fatiga, e irritación de la piel, que podría desarrollarse después de la exposición RFR a largo plazo.
"Estos datos son una muestra clara de los riesgos reales que este tipo de radiación plantea para la salud humana", dice Yakymenko.
El artículo explica que las ROS se producen a menudo en las células debido a ambientes agresivos, y también puede surgir por "radiación inalámbrica ordinaria." Las investigaciones existentes demuestran los posibles efectos cancerígenos de la radiofrecuencia (RFR)/radiación de microondas. En 2011, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer clasificó la RFR como un posible carcinógeno para los seres humanos. Pero había que demostrar mecanismos moleculares claros de tales efectos para aceptar que fuera un riesgo.
Un Comité de Expertos de Noruega señaló en 2012 que no había pruebas científicas de que la exposición a los campos electromagnéticos de bajo nivel tuvieran efectos adversos en la salud. No encontraron, por ejemplo que los teléfonos móviles y otros equipos pudieran causar problemas de salud tales como la hipersensibilidad electromagnética, aunque eso no significa que los síntomas de ésta sean imaginarios, matizaban.
El nuevo artículo demuestra que los efectos peligrosos de la RFR podrían desarrollarse a través de los "mecanismos clásicos" de deterioros oxidativos en las células vivas. Yakymenko y sus colegas piden precaución en el uso de tecnologías inalámbricas, tales como teléfonos celulares e Internet inalámbrico.
El Comité noruego consideraba que la cautela general es suficiente, es decir, que la exposición no debería ser mayor que el necesario para conseguir el objetivo pretendido, y reconocía que la exposición a los móviles durante décadas era algo por estudiar, dado que los móviles son algo relativamente reciente.
Referencia bibliográfica: Igor Yakymenko, Olexandr Tsybulin, Evgeniy Sidorik, Diane Henshel, Olga Kyrylenko, y Sergiy Kyrylenko: Oxidative mechanisms of biological activity of low-intensity radiofrequency radiation. Electromagnetic Biology and Medicine (2015). doi:10.3109/15368378.2015.1043557
Se trata, informa AlphaGalileo, de un artículo de revisión publicado en Electromagnetic Biology & Medicine, que explora los datos experimentales sobre los efectos metabólicos de la radiación de radiofrecuencia (RFR) de baja intensidad en las células vivas.
Este desequilibrio, también conocido como estrés oxidativo, se define por el co-autor Igor Yakymenko como "un desequilibrio entre la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) y la defensa antioxidante." Yakymenko explica que el estrés oxidativo debido a la exposición a RFR podría explicar no sólo el cáncer, sino también otros trastornos menores como dolor de cabeza, fatiga, e irritación de la piel, que podría desarrollarse después de la exposición RFR a largo plazo.
"Estos datos son una muestra clara de los riesgos reales que este tipo de radiación plantea para la salud humana", dice Yakymenko.
El artículo explica que las ROS se producen a menudo en las células debido a ambientes agresivos, y también puede surgir por "radiación inalámbrica ordinaria." Las investigaciones existentes demuestran los posibles efectos cancerígenos de la radiofrecuencia (RFR)/radiación de microondas. En 2011, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer clasificó la RFR como un posible carcinógeno para los seres humanos. Pero había que demostrar mecanismos moleculares claros de tales efectos para aceptar que fuera un riesgo.
Un Comité de Expertos de Noruega señaló en 2012 que no había pruebas científicas de que la exposición a los campos electromagnéticos de bajo nivel tuvieran efectos adversos en la salud. No encontraron, por ejemplo que los teléfonos móviles y otros equipos pudieran causar problemas de salud tales como la hipersensibilidad electromagnética, aunque eso no significa que los síntomas de ésta sean imaginarios, matizaban.
El nuevo artículo demuestra que los efectos peligrosos de la RFR podrían desarrollarse a través de los "mecanismos clásicos" de deterioros oxidativos en las células vivas. Yakymenko y sus colegas piden precaución en el uso de tecnologías inalámbricas, tales como teléfonos celulares e Internet inalámbrico.
El Comité noruego consideraba que la cautela general es suficiente, es decir, que la exposición no debería ser mayor que el necesario para conseguir el objetivo pretendido, y reconocía que la exposición a los móviles durante décadas era algo por estudiar, dado que los móviles son algo relativamente reciente.
Referencia bibliográfica: Igor Yakymenko, Olexandr Tsybulin, Evgeniy Sidorik, Diane Henshel, Olga Kyrylenko, y Sergiy Kyrylenko: Oxidative mechanisms of biological activity of low-intensity radiofrequency radiation. Electromagnetic Biology and Medicine (2015). doi:10.3109/15368378.2015.1043557