martes, 25 de febrero de 2014

''Un antioxidante de la fruta protege del cáncer''

Un antioxidante en la fruta puede ayudar a combatir el cáncer
 El lupeol puede suprimir de manera significativa una proteína que ayuda a crecer a las células cancerígenas. EFE Hong Kong, China.-

 El lupeol, un antioxidante que se encuentra en frutas y verduras frescas, puede ayudar a aumentar hasta en 40 veces la efectividad de la medicamentos de quimioterapia para el cáncer de nariz, boca, cuello y nasofaringe, según un estudio de la Universidad de Hong Kong.
 La investigación, realizada por la Facultad de Medicina de la universidad, reveló que el lupeol selecciona y mata las células cancerígenas.
Probado en ratones, el lupeol disminuyó dramáticamente el volumen de los tumores y suprimió la metástasis localizada con mínimos efectos en los tejidos adyacentes y en órganos vitales como el hígado y el riñón. Un hecho que causó sorpresa entre los investigadores fue que el lupeol resultó ser tres veces más eficaz y más potente en términos de control de volumen de los tumores y grado de supresión de la mestástasis que el cisplatin, un medicamento de uso común en el tratamiento de quimioterapia.
 Además, en los casos en que se combinó el lupeol con el uso de cisplatin, la actividad anti tumoral de la droga fue 40 veces más eficaz. El resultado del estudio fue publicado en la revista especializada internacional Investigación sobre el Cáncer en septiembre pasado.
 El cáncer de cabeza y de cuello incluye los que se registran en la nariz, la cavidad oral, y las glándulas salivales, entre otros. En 2004, en Hong Kong fueron diagnosticados 2.087 nuevos casos, y el número de nuevos casos crece continuamente cada año.
 Las infecciones virales del papiloma humano, el alto consumo de alcohól y tabaco, y la baja ingesta de frutas y verduras aumentan considerablemente el riesgo de desarrollar cáncer en la cabeza y el cuello. Los especialistas que participaron en la investigación dijeron abrigar la esperanza de que los nuevos descubrimientos sirvan para demostrarle al público que un ligero cambio en sus regímenes alimenticios y en el tipo de alimentos que ingieren puede tener un impacto sorprendente en la prevención y terapia de cánceres. (Xinhua)
 Los investigadores, publica el diario local “South China Morning Post”, han descubierto que el lupeol, que se encuentra especialmente en el mango, semillas de aceitunas, uvas y fresas, puede suprimir de forma significativa la activación de una proteína que ayuda a crecer las células cancerígenas. En un experimento con ratones se observó que el uso de lupeol era tres veces más efectivo que el del medicamento cisplatin, pero cuando se mezclaban ambos, el medicamento aumentaba hasta cuarenta veces más su efectividad.
 “Es una noticia muy esperanzadora porque el lupeol, dado que es un antioxidante natural, tiene muy pocos efectos secundarios y es mucho más barato” explicó el profesor Anthony Yuen Po-Wing. La investigación sólo mostró que el lupeol extraído de fruta y verdura fresca tenía efectos anticancerígenos, y desconocen si la fruta seca o verdura cocida puede ejercer la misma función.

martes, 18 de febrero de 2014

''Imagen corporal y alimentación''

La imagen corporal
es el concepto que cada persona tiene de su propio cuerpo, percepción que puede ser igual, parecida o decididamente diferente a la imagen que la persona proyecta en el espejo.
 La imagen que cada uno tiene de sí mismo influye significativamente en la forma de pensar, de comportarse, de sentir y de relacionarse con los demás. Esta imagen no es invariable sino que se va modificando según las circunstancias y la etapa de la vida que se atraviesa, que incluye a la vez la forma que una persona se imagina como los otros la ven.
 La imagen corporal está compuesta por tres aspectos:
la percepción, o sea el nivel de precisión con que se percibe la propia imagen; la apreciación que se tiene del propio cuerpo, o sea los sentimientos y pensamientos que suscita; y la conducta que se adopta en virtud de lo que se percibe y siente.
 La persona que percibe su imagen corporal con precisión y se siente cómoda con su cuerpo, aunque haya algún aspecto que le guste menos, se considera que tiene una imagen corporal adecuada. La distorsión de la imagen corporal o una exagerada preocupación por el aspecto físico puede producir trastornos alimenticios y el abuso de la práctica de ejercicios físicos.
 No somos los únicos que contribuimos a formar nuestra imagen corporal, también nuestra familia participa activamente en ello desde nuestra infancia y los apodos son una prueba de ello. También los medios de comunicación aportan valoración sobre determinados aspectos que supuestamente debería tener el cuerpo a partir de personajes célebres del mundo de la moda y de los ídolos.
 La imagen corporal puede verse afectada por las experiencias vividas, el estrés, por el trabajo y por el paso de los años y la aceptación de los cambios permite una mejor adaptación. Se pueden cambiar algunos aspectos de la imagen corporal, como el color del cabello, la forma de la nariz, el tamaño de los senos, el peso, la dentadura, etc., pero otros, como la altura o el color de la piel tendrán que ser aceptados. Al margen de la imagen que nos devuelve el espejo, es obvio que durante nuestro comportamiento cotidiano no podemos vernos a nosotros mismos tal como somos desde afuera, así como tampoco podemos escuchar con exactitud nuestra propia voz.
 Es por esta razón que muchas veces nos imaginamos diferentes, basados en lo que los demás dicen de nosotros. Lo que sí es cierto es que si una persona cree tener una apariencia más joven de la edad que tiene, es posible que el trato que los demás le dispensen se encargará que lo recuerde.
 Sin embargo, los que se sienten conformes y satisfechos con su imagen corporal suelen ser bien vistos por los que lo rodean. Por ejemplo, una persona excedida de peso que cree que no es tan gorda parece verse menos obesa que otra con una obesidad no asumida y avergonzada de su cuerpo. Parece ser cierto que los demás tienden a vernos de la misma forma en que nosotros nos vemos, de modo que la actitud de seguridad en nosotros mismos podría cambiar nuestra imagen corporal desde afuera. Un buen carácter puede hacer desaparecer algunos rasgos considerados antiestéticos como una baja estatura, una nariz demasiado largo o el exceso de peso y también puede acentuar estos supuestos defectos cuando la persona no tiene capacidad de empatía y tiene complejos. La percepción es una función psicológica muy subjetiva en la que intervienen gran cantidad de variables relacionadas con la experiencia, la forma de pensar, la motivación, la educación y la cultura de quien percibe; pero también la actitud que tenga el otro puede modificar esa percepción.